El parte de guerra como arma propagandística

El parte de guerra, denominado como tal, no lo encontramos hasta el 3 de diciembre de 1937, con referencia a la zona de los golpistas. Al iniciarse el golpe, se emiten noticias oficiales en los lugares donde este había triunfado, así como bandos de guerra.

Al contrario de lo que ocurría en la zona republicana, que llegaron a darse tres partes diarios, los franquistas tenía mucho cuidado en que este fuera uno y siempre a la misma hora. De esta forma la carga propagandística era mayor, y además causaba más impacto.

La hora escogida fue las diez de la noche.  El encargado de leerlos, desde el 19 de enero de 1937, fue Fernando Fernández de Córdoba. Este hombre, actor de profesión, ponía al  servicio de su lectura la máxima intención interpretativa y la mayor carga emotiva de que era capaz. Tanta fue su identificación, que llegó un momento en que era impensable separar el parte de su locutor. Estos partes, además, por motivos informativos y propagandísticos, se traducían al alemán, italiano, portugués e inglés, para ser leídos en dichos idiomas por locutores respectivos.

En la zona republicana el encargado de leer estos partes de guerra, en Unión Radio Madrid, fue Augusto Fernández, quien terminaba siempre con las mismas palabras: “Camaradas radioyentes. Salud”.

El último parte de guerra que se dio en la zona franquista fue el del 1 de abril de 1939, aproximadamente a las 23.15 que anunciaba el final de la guerra:

Parte Oficial de Guerra correspondiente al primero de abril de mil novecientos treinta y nueve. Tercer Año Triunfal. En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, primero de abril de mil novecientos treinta y nueve. Año de la victoria. El Generalísimo Franco

Componentes propagandísticos en los partes de la Guerra Civil Española

El primer componente propagandístico que encontramos, tanto en los partes franquistas como en los republicanos, es la ocultación o disfraz de las noticias contrarias al avance de las fuerzas propias.

Otro componente es el clima. Será un excusa muy socorrida para explicar el porqué de no haber conseguido los objetivos marcados en una jornada. Y, en contraposición, también servirá de pretexto para justificar el avance de las tropas enemigas.

Otra fórmula utilizada como recurso ante los estancamientos en el frente será la utilización de la frase “sin novedades dignas de mención”.

Un tercer elemento propagandístico que encontramos fue un hecho muy explotado en ambos bandos, como acusación al otro. Nos referimos al tema de la intervención extranjera. Los dos denunciaban la ayuda extranjera que el otro recibía. Y, en los dos se decía que el enemigo estaba vendiendo el país. En el caso republicano, a los soviéticos. En el franquista, a alemanes e italianos. En este sentido, los dos se adjudicaban la españolidad y el patriotismo. A los extranjeros se les acusará de “indeseables” o “aventureros” deseosos de saquear nuestras ciudades.

La constante alusión a los desertores es otro de los elementos propagandísticos utilizados con reiteración.

Cuando no tenían mucha información para elaborar el parte y ya había utilizado con asiduidad el cómodo “sin novedad”, recurrían a contar historias que conmovieran a la población y pusieran de manifiesto la crueldad del bando contrario. Sobre todo, se explotaron las historias de los heridos abandonados en el campo de batalla, de los crímenes sanguinarios que se realizaron en la retaguardia y el tema de niños pequeños obligados a combatir.

Términos utilizados en el parte de guerra

El análisis de la terminología pone de manifiesto principalmente dos cosas:

  1. El carácter que la redacción militar adquiere.
  2. La grandilocuencia con que ésta se adorna.

La frase claros, concretos, precisos y concisos debería caracterizar al parte de guerra pero esto no fue así. Los partes republicanos fueron más largos que los franquistas y su extensión total les superaba en más de un 50% solían recurrir, en un claro abuso, a frases como: “varios centenares”, “miles”, “numerosísimas bajas”, “bastantes bajas”, “grandes pérdidas”, etc. Todo esto en contraposición a las acciones propias, que tienen “escasísimas, reducidísimas o poquísimas bajas”. Y como vemos, nunca aportaban la cifra concreta.

Ello es una clara artimaña propagandística que se complementa con una serie de grandilocuentes frases que ayudan a elevar la moral de los combatientes y de la retaguardia. Así, a un “importantísimo avance” de las tropas propias, se contrapone una “huida en desbandada” del enemigo, al que se le infringió “un durísimo castigo”.

Otra cosa que llama la atención cuando se hace un análisis propagandístico del parte de guerra es como se describen las entradas en las ciudades. Se utilizan gran cantidad de adjetivos en grado superlativo. Por ejemplo, “indescriptible entusiasmo” o “delirante entusiasmo”. El contrapunto nos viene dado cuando se habla del enemigo, entonces, pasamos a “la gran violencia” o “los verdaderos horrores de los crímenes y saqueos cometidos por los rojos” (en el bando nacional).

Todo lo anterior supone que la redacción de corte militar no sea muy ortodoxa, en contra de lo que pudiera esperarse.

Conclusiones

El parte de guerra de ambos bandos fue un arma más en la labor propagandística. Se utilizaban, además, como estratagema propia, para elevar la moral de la población de la zona ocupada, y como elemento de propaganda que posibilitara el contrarrestar las noticias que daba el enemigo. Además servía para sembrar el desconcierto y minar el entusiasmo del contrario.

4 comentarios

  1. Si es que el parte de guerra no tenía ningún fin informativo, ni lo tiene ahora. Se trata de justificar las acciones propias, demonizar al enemigo y hacer ver que todo va bien. Estados Unidos tiene gente muy buena dedicada a estas cosas.

    • Tengo uno exacto, junto a otros documentos muy interesantes, y éste enmarcado original. Me gustaría saber qué es lo que puede valer. Gracias

      • La verdad es que no se cuál es su valor exacto, pero si se que hay muchas reproducciones. Ten en cuenta que el hecho de ganar la guerra en si mismo ya fue un elemento propagandístico, así que el último parte de guerra lo fue también.
        He investigado un poco y veo que se venden sobre 30€. Prueba en la página todocolección.
        Un saludo.

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